Se necesita ser un genio para enfrentarse a una sociedad que va completamente hacia la contraria de lo que se piensa, saliendo no solamente bien librado, sino vanagloriado tambien. Oscar Wilde sabía muy bien de eso. Con un humor agudo y puntilloso, atacó de manera mordaz a la conservadora sociedad inglesa de finales del siglo XIX, demostrándoles todo lo grandioso que un ser humano puede llegar a ser cuando se permite ser él mismo.
Autor de obras literarias visionarias y provocativas en su momento. No podía hacer menos, Oscar Wilde era por si mismo una provocación. Inteligente, simpático, siempre llevando atuendos llamativos y diciendo justo lo que pensaba de una sociedad que no se permitía el placer de vivir la vida. Su pasión por la vida fue a la vez su cruz: dispuesto abiertamente a entregar su corazón a todo aquel que le apasionara, hombre o mujer, fue acusado de sodomia por amar profundamente a Lord Alfred Douglas, de quien se dice fue su gran y verdadero amor. Su relación con Douglas lo llevó a la carcel, sometido a trabajos forzados, hecho le marcaría su vida y lo volvería un hombre triste, que tuvo que esconderse de la misma sociedad a la que unos años atrás tuvo a sus pies.
Una estrella victima de su propio talento. Una luz apagada por el intransigente soplo de aquellos que no entendieron su brillo. La vida de Osacr Wilde es un reflejo de todas aquellas personas que nacieron en el moemnto y lugar equivocados. La razon por la cual esto sucede es una incognita que cada uno de nosotros debe resolver.
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