En 1996, un equipo de voleibol tailandes compuesto en su gran, enorme mayoria, por jugador@s gay y transgenero, dirigidos por una mujer abiertamente lesbiana, ganaron el Campeonato Masculino Nacional de su país, en un hecho sin precedentes a nivel mundial. Esta es la inspiración para este particular filme, en el cual la comedia es un pretexto para mostrar realidades sociales, situaciones personales y cuadros emocionales propios del universo LGBT, pero sin el sensacionalismo o el melodramatismo al que normalmente Hollywood recurre cuando toca este tipo de situaciones. Es claro con cintas como esta que Occidente tiene mucho, mucho que aprender de las ancestrales culturas orientales. Con ustedes, las Damas de Acero en acción:
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